Control integrado de plagas y enfermedades
El término Xeropaisajismo® define un modelo de jardinería a través de la cual se van a conseguir espacios verdes y fecundos empleando mínimas cantidades de recursos. También han de ser respetuosos con el medio ambiente. Fundamentalmente vamos a utilizar mínimas cantidades de agua de riego, pero también trataremos de minimizar las aplicaciones de productos fitosanitarios.
Vamos a crear jardines que gocen de buena salud, pero no a costa de la salud de la fauna y las personas que los disfrutan.
¿Qué es una plaga?
Las plagas son organismos que afectan en menor o mayor grado al desarrollo de las plantas cultivadas en nuestros campos y huertos, paisajes o áreas forestales; o causan daños a viviendas u otras estructuras. Las plagas también incluyen organismos que afectan a la salud humana o animal.
Una especie plaga puede ser una planta (malas hierbas), vertebrados (aves, roedores u otro mamífero), invertebrados (insectos, garrapatas, ácaros o caracoles), nematodos, patógenos (bacterias, virus u hongos) que causan la enfermedad, u otro organismo no deseado que pueda perjudicar a la calidad del agua , la vida animal o de otras partes del ecosistema.
En agronomía y en protección de cultivos más concretamente, se hace una distinción de disciplinas en función del tipo de organismo causante de daños:
Malherbología
Para el estudio de hierbas adventicias
Patología vegetal
Para microorganismos causantes de enfermedad (virus, bacterias, hongos y nematodos).
Plagas de cultivos
Para artrópodos, gasterópodos y vertebrados que, por sus hábitos alimenticios o relacionados con su ciclo de vida, afectan negativamente al desarrollo de las especies vegetales.
El Control, Gestión o Manejo Integrado de Plagas: MIP
Hace ya algunos años se acuñaron las siglas MIP o Manejo Integrado de Plagas (en inglés: IPM Integrated Pest Management). MIP es una estrategia basada en los ecosistemas que se centran en la prevención a largo plazo de las plagas o su daño a través de una combinación de técnicas tales como el control biológico, el monitoreo o seguimiento de la ecología de la especie plaga (población, ciclo de vida, fenología del cultivo, etc.), la manipulación del hábitat, la modificación de las prácticas culturales (de cultivo), y el uso de variedades resistentes.
Los pesticidas se usan sólo después de que la observación indique que son necesarios de acuerdo a las pautas establecidas, y los tratamientos se realizan con el objetivo de eliminar sólo individuos de la plaga. Los productos de control de plagas se seleccionan y se aplican de manera que se minimicen los riesgos para la salud humana, los organismos beneficiosos y el medio ambiente. Es una metodología que está enmarcada dentro de los programas internacionales de reducción de huella de carbono y de mejora del medio ambiente. Además de extenderse su uso, se conseguiría evitar el problema de resistencias de las plagas provocado por el uso indiscriminado de productos químicos.
Las prácticas mencionadas anteriormente se encuadran dentro de ciertas normativas, tanto internacionales como nacionales o autonómicas que cada día se van haciendo más estrictas y van estrechando el cerco a los plaguicidas más agresivos y a los productos nocivos o residuales.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente español ha publicado algunas guías con recomendaciones para los agricultores.